24 enero 2018

Solo si es contigo - 17. Besáis según ritual

Este capítulo pertenece a la novela corta "Solo si es contigo", es un bonita de historia de amor surgida entre bambalinas. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.



Todo comenzó en las calles de Venecia con la pelea entre las familias de los Montescos y los Capuletos. Después aparecía en escena Romeo, desdichado porque Rosalina no quería tener una relación con él, donde aparecen sus amigos para animarle y convencerle para que olvidara de ella y se fuera con ellos de fiesta.

La siguiente escena transcurría en la casa de los Capuletos donde se había organizado una fiesta de máscaras. Y es donde la pareja se encuentra por primera vez y se conocen. Cuando te tocaba salir, vi de refilón que todos los que no estaban en la escena se había aproximado al escenario para verla. Supongo que sería porque era la primera y la única vez que la verían entera o quizá porque habíamos generado demasiado morbillo. Estaban todos pendientes y callados. Bueno la escena transcurría así. Romeo se siente absorto con la belleza de Julieta, sin saber ni siquiera su nombre. Espera impaciente a que acabe el baile con París, un joven de buena familia pretendiente de Julieta. Aunque ella no pone mucho interés en el baile, sino que se siente intrigada con el joven misterioso que se deja ver entre la gente mirándola descortésmente.

Romeo atravesó el gentío hasta llegar a Julieta y tomó mi mano.
—Si con mi indigna mano, profano este santo relicario, he aquí la gentil expiación: mis labios, como dos ruborosos peregrinos, están pronto a suavizar con un tierno beso tan rudo contacto – dice Romeo.
—Buen peregrino, injusto hasta el exceso sois con vuestra mano, que esto sólo muestra decorosa devoción; pues hasta los santos tienen manos con las que tocan las manos de los peregrinos, y enlazan palma con palma que es el ósculo de los piadosos palmeros.
—¿Y no tienen labios los santos y labios también los piadosos palmeros?
—Sí, peregrino; labios que deben usar en la oración.
—¡Oh! Entonces, santa adorada, deja que hagan los labios lo que las manos hacen...
—Los santos no se mueven, aunque accedan a súplicas.
—Pues no os mováis, mientras recojo el fruto de mis preces.

Este era el momento en el que Nick tenía que lanzarse a besarme y como si hubiera sido un don Juan toda su vida, lo hizo sin titubear. Todo el auditorio estaba en silencio, por lo que casi podía oír latir su corazón. Parecía tranquilo pero yo sabía que no lo estaba como tampoco lo estaba yo.
—¡Así, mediante tus labios, quedan los míos libres de pecado! —acabo Nick su frase. Su voz temblaba ligeramente.
—De este modo paso a mis labios el pecado que los vuestros han contraído.
—¿Pecado de mis labios? ¡Oh culpa deliciosamente reprochada! ¡Devolverme mi pecado!
Con la misma delicadeza de la primera vez, volvió a posar sus labios sobre los míos, pero estaba vez no se contentó con un sutil pico como la primera vez, sino que saboreó la escena unos instantes. Me temblaban las piernas. Por suerte, el papel de Julieta era el de una chica inocente, aparentar nerviosa y enamorada era lo que mejor me salía en esos momentos. Pero cuando se había convertido Nick en un galán engreído.
—Besáis según ritual.

En este momento, pude oír algunas risitas detrás del escenario. No pude evitar reírme de los nervios. Os juro que me temblaban todo.


CONTINUARA...

No hay comentarios:

Publicar un comentario