Introducción
Las sensaciones son impresiones producidas en las personas por un estímulo, ya sea exterior (como el roce de una tela o el sonido de una campana) o interior (como un nudo en el estómago o el mareo). En la vida cotidiana y también en la escritura, solemos centrarnos en las percepciones visuales, porque el lenguaje y nuestro vocabulario están más preparados para describir lo que vemos: colores, formas, tamaños.
Sin embargo, si queremos comunicar con más fuerza, realismo y cercanía, conviene abrir el abanico a otras sensaciones. Cuando introducimos en nuestro lenguaje sonidos, texturas, olores, sabores o temperaturas, logramos transmitir una experiencia más completa. Esto genera mayor empatía con quien escucha o lee, porque se activa la memoria sensorial y el público “siente” aquello que estamos describiendo.
Piénsalo un momento: no es lo mismo decir “estaba nervioso” que “sentía un sudor frío resbalando por la espalda y un cosquilleo en el estómago”. La segunda frase no solo comunica una emoción, sino que hace que quien la recibe la viva.
A continuación encontrarás una lista con diferentes tipos de sensaciones físicas y ejemplos para inspirarte:
a) Sensaciones visuales
Nos informan sobre la forma, tamaño, movimiento y color de los objetos.
Ejemplo: El cielo se tiñó de un naranja ardiente que anunciaba la tormenta.
b) Sensaciones auditivas
Relacionadas con la frecuencia, tono y ubicación de los sonidos. Sus estímulos son ruidos, voces, música.
Ejemplo: El crujido seco de las hojas bajo los pies rompía el silencio del bosque.
c) Sensaciones olfativas
Informan sobre los olores. Los estímulos son sustancias químicas presentes en el aire.
Ejemplo: El aroma dulce de la canela le devolvió recuerdos de infancia.
d) Sensaciones gustativas
Vinculadas con el sabor y el valor químico de los materiales (dulce, ácido, amargo, salado, umami).
Ejemplo: El café le dejó un regusto amargo y persistente en la lengua.
e) Sensaciones táctiles
Informan del tamaño, textura y presión de los objetos sobre la piel.
Ejemplo: La lana áspera le raspaba los dedos mientras intentaba tejer.
f) Sensaciones térmicas
Relacionadas con la temperatura del aire o de los objetos (calor, frío, tibieza).
Ejemplo: El vaso helado le quemaba las manos como si fuera fuego invertido.
g) Sensaciones de dolor
Nos avisan de un daño o lesión en el cuerpo.
Ejemplo: Un punzón agudo le atravesaba la sien con cada latido.
h) Sensaciones kinestésicas
Informan sobre la tensión, resistencia y movimiento del cuerpo y de los músculos.
Ejemplo: Sentía la fuerza de sus brazos tensarse al levantar la caja.
i) Sensaciones de orientación
Relacionadas con los movimientos de rotación y desplazamiento del cuerpo, y con la postura corporal.
Ejemplo: Tras dar tantas vueltas, el mundo giraba aunque estuviera quieto.
j) Sensaciones cinestésicas (o internas)
Tienen que ver con los órganos y el estado vital del cuerpo (respiración, digestión, cansancio).
Ejemplo: El estómago le rugía como una fiera hambrienta.
k) Sensaciones de equilibrio
Informan sobre la dirección del movimiento y la estabilidad corporal.
Ejemplo:Caminaba por la cuerda floja sintiendo que cada paso podía lanzarlo al vacío.
Conclusión
En resumen, usar sensaciones físicas en la comunicación y la escritura nos permite ir más allá de lo meramente descriptivo para entrar en lo vivencial. Al apelar a lo que el cuerpo percibe, conseguimos que las emociones y las experiencias lleguen con más claridad al público.
La próxima vez que escribas o hables sobre algo, pregúntate: ¿cómo huele?, ¿cómo sabe?, ¿qué textura tiene?, ¿qué siente el cuerpo? Esa es la clave para lograr una narración rica y memorable.
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