05 mayo 2019

Lenguaje corporal en tus escritos - 7. Sensaciones físicas

Introducción


     Las sensaciones son impresiones producidas en las personas por un estímulo, ya sea exterior (como el roce de una tela o el sonido de una campana) o interior (como un nudo en el estómago o el mareo). En la vida cotidiana y también en la escritura, solemos centrarnos en las percepciones visuales, porque el lenguaje y nuestro vocabulario están más preparados para describir lo que vemos: colores, formas, tamaños.
     Sin embargo, si queremos comunicar con más fuerza, realismo y cercanía, conviene abrir el abanico a otras sensaciones. Cuando introducimos en nuestro lenguaje sonidos, texturas, olores, sabores o temperaturas, logramos transmitir una experiencia más completa. Esto genera mayor empatía con quien escucha o lee, porque se activa la memoria sensorial y el público “siente” aquello que estamos describiendo.
     Piénsalo un momento: no es lo mismo decir “estaba nervioso” que “sentía un sudor frío resbalando por la espalda y un cosquilleo en el estómago”. La segunda frase no solo comunica una emoción, sino que hace que quien la recibe la viva.

     A continuación encontrarás una lista con diferentes tipos de sensaciones físicas y ejemplos para inspirarte:


a) Sensaciones visuales


     Nos informan sobre la forma, tamaño, movimiento y color de los objetos.

     Ejemplo: El cielo se tiñó de un naranja ardiente que anunciaba la tormenta.


b) Sensaciones auditivas


     Relacionadas con la frecuencia, tono y ubicación de los sonidos. Sus estímulos son ruidos, voces, música.

     Ejemplo: El crujido seco de las hojas bajo los pies rompía el silencio del bosque.


c) Sensaciones olfativas


     Informan sobre los olores. Los estímulos son sustancias químicas presentes en el aire.

     Ejemplo: El aroma dulce de la canela le devolvió recuerdos de infancia.


d) Sensaciones gustativas


     Vinculadas con el sabor y el valor químico de los materiales (dulce, ácido, amargo, salado, umami).

     Ejemplo: El café le dejó un regusto amargo y persistente en la lengua.


e) Sensaciones táctiles


     Informan del tamaño, textura y presión de los objetos sobre la piel.

     Ejemplo: La lana áspera le raspaba los dedos mientras intentaba tejer.


f) Sensaciones térmicas


     Relacionadas con la temperatura del aire o de los objetos (calor, frío, tibieza).

     Ejemplo: El vaso helado le quemaba las manos como si fuera fuego invertido.


g) Sensaciones de dolor


     Nos avisan de un daño o lesión en el cuerpo.

     Ejemplo: Un punzón agudo le atravesaba la sien con cada latido.


h) Sensaciones kinestésicas


     Informan sobre la tensión, resistencia y movimiento del cuerpo y de los músculos.

     Ejemplo: Sentía la fuerza de sus brazos tensarse al levantar la caja.


i) Sensaciones de orientación


     Relacionadas con los movimientos de rotación y desplazamiento del cuerpo, y con la postura corporal.

     Ejemplo: Tras dar tantas vueltas, el mundo giraba aunque estuviera quieto.


j) Sensaciones cinestésicas (o internas)


     Tienen que ver con los órganos y el estado vital del cuerpo (respiración, digestión, cansancio).

     Ejemplo: El estómago le rugía como una fiera hambrienta.


k) Sensaciones de equilibrio


     Informan sobre la dirección del movimiento y la estabilidad corporal.

     Ejemplo:Caminaba por la cuerda floja sintiendo que cada paso podía lanzarlo al vacío.


Conclusión


     En resumen, usar sensaciones físicas en la comunicación y la escritura nos permite ir más allá de lo meramente descriptivo para entrar en lo vivencial. Al apelar a lo que el cuerpo percibe, conseguimos que las emociones y las experiencias lleguen con más claridad al público.

     La próxima vez que escribas o hables sobre algo, pregúntate: ¿cómo huele?, ¿cómo sabe?, ¿qué textura tiene?, ¿qué siente el cuerpo? Esa es la clave para lograr una narración rica y memorable.




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