Este capítulo pertenece a la novela corta "Destinados a encontrarse", que es un fanfic de Crepúsculo, aunque no es necesario haberlo leído para entender la historia. En el se encuentra la historia de Alice y Jasper. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.
Pasado un rato Esme se nos reunió en el porche. A Carlisle le habían llamado desde el hospital por una emergencia, así que hasta que no volvieran de caza los chicos, estábamos las tres solas en casa. Esme y Rosalie charlaban sobre ir de compras a la ciudad al día siguiente, pensaban que no tendría ropa después del viaje y pensaron que me gustaría. A mí me pareció buena idea.
De pronto se hizo de día, supe de inmediato de que se trataba de una visión. ¿Dónde estaba? Parecía el jardín de la casa de los Cullen, pero estaba todo rodeado de flores blancas. Había dos sillas a cada lado, todas ellas forradas de una tela de seda blanca con unos enormes lazos violetas. A un lado se encontraban Edward y Emmett y en el otro lado estaba Rosalie, miraba sonriendo a Emmett. Estaba vestida con un vestido de seda color violeta, palabra de honor y completamente ceñido al cuerpo desde la cadera, el vestido tenía vuelo y una pequeña cola. Llevaba el pelo con un medio recogió con rizos en las puntas. Estaba espléndida, ella siempre lo estaba. Los chicos llevaban un esmoquin negro con una camisa blancas y ambos con corbata en tonos violetas oscuro.
Mi camino llegaba hasta Jasper que estaba acompañado de Esme. Jasper llevaba el pelo extremadamente cuidado, ahora lo llevaba bastante salvaje, supongo que con el tiempo se acabará acostumbrando a la vida civilizada de los Cullen. También llevaba esmoquin. Esme llevaba un vestido de gasa, a juego con el resto, de color Violeta, pero más claro que el de Rosalie, llevaba manga que le cubría por debajo del hombro, su corpiño era arrugado, dejando una caída hasta los pies desde la cintura.
Giré mi cabeza hacía la derecha y vi a mi lado a Carlisle, que me preguntó si estaba lista. Acababa de descubrir que era mi boda. La emoción hizo caer dos lágrimas por mis mejillas. Mi vestido era liso de seda entallado hasta la cadera y después caía hasta los pies con vuelo y una cola de dos metros. Por arriba era palabra de honor, pero luego salía una gasa que me cubría hasta el cuello y los brazos. Llevaba un velo cuidadosamente bordado, sujeto por una corona.
Recorrí el camino, plagado de pétalos de violeta y rosas blancas, del brazo de Carlisle hasta llegar al altar donde me esperaba Jasper. Carlisle le entregó mi mano a Jasper y Esme y él se dirigieron a sus asientos junto a Rosaline y Emmett. Edward se colocó delante de Jasper y de mí, para oficiar el evento.
Mi visión terminó ahí, al abrir los ojos, Esme y Rosalie se estaban mirando preocupadas al ver las lágrimas caer de mi ojos. Así que lo grite entusiasmada.
—Jasper, va a pedirme que me case con él.
Ambas se miraron y me hicieron un gesto de que me diera la vuelta.
—Contigo no se puede tener secretos —me soltó Jasper con una mueca de enfadado.
Corrí hacía él y salté en sus brazos, él me cogió y me giro en el aire.
—Si quiero —le dije dándole un beso.
"Tú me tendiste la mano y yo la tomé sin detenerme a buscarle significado a mis actos, pero sentí esperanza por primera vez en casi un siglo. Tú marcas la diferencia y yo disfruto de la situación." Fueron sus palabras cuando hicimos los votos.
Pasado un rato Esme se nos reunió en el porche. A Carlisle le habían llamado desde el hospital por una emergencia, así que hasta que no volvieran de caza los chicos, estábamos las tres solas en casa. Esme y Rosalie charlaban sobre ir de compras a la ciudad al día siguiente, pensaban que no tendría ropa después del viaje y pensaron que me gustaría. A mí me pareció buena idea.
De pronto se hizo de día, supe de inmediato de que se trataba de una visión. ¿Dónde estaba? Parecía el jardín de la casa de los Cullen, pero estaba todo rodeado de flores blancas. Había dos sillas a cada lado, todas ellas forradas de una tela de seda blanca con unos enormes lazos violetas. A un lado se encontraban Edward y Emmett y en el otro lado estaba Rosalie, miraba sonriendo a Emmett. Estaba vestida con un vestido de seda color violeta, palabra de honor y completamente ceñido al cuerpo desde la cadera, el vestido tenía vuelo y una pequeña cola. Llevaba el pelo con un medio recogió con rizos en las puntas. Estaba espléndida, ella siempre lo estaba. Los chicos llevaban un esmoquin negro con una camisa blancas y ambos con corbata en tonos violetas oscuro.
Mi camino llegaba hasta Jasper que estaba acompañado de Esme. Jasper llevaba el pelo extremadamente cuidado, ahora lo llevaba bastante salvaje, supongo que con el tiempo se acabará acostumbrando a la vida civilizada de los Cullen. También llevaba esmoquin. Esme llevaba un vestido de gasa, a juego con el resto, de color Violeta, pero más claro que el de Rosalie, llevaba manga que le cubría por debajo del hombro, su corpiño era arrugado, dejando una caída hasta los pies desde la cintura.
Giré mi cabeza hacía la derecha y vi a mi lado a Carlisle, que me preguntó si estaba lista. Acababa de descubrir que era mi boda. La emoción hizo caer dos lágrimas por mis mejillas. Mi vestido era liso de seda entallado hasta la cadera y después caía hasta los pies con vuelo y una cola de dos metros. Por arriba era palabra de honor, pero luego salía una gasa que me cubría hasta el cuello y los brazos. Llevaba un velo cuidadosamente bordado, sujeto por una corona.
Recorrí el camino, plagado de pétalos de violeta y rosas blancas, del brazo de Carlisle hasta llegar al altar donde me esperaba Jasper. Carlisle le entregó mi mano a Jasper y Esme y él se dirigieron a sus asientos junto a Rosaline y Emmett. Edward se colocó delante de Jasper y de mí, para oficiar el evento.
Mi visión terminó ahí, al abrir los ojos, Esme y Rosalie se estaban mirando preocupadas al ver las lágrimas caer de mi ojos. Así que lo grite entusiasmada.
—Jasper, va a pedirme que me case con él.
Ambas se miraron y me hicieron un gesto de que me diera la vuelta.
—Contigo no se puede tener secretos —me soltó Jasper con una mueca de enfadado.
Corrí hacía él y salté en sus brazos, él me cogió y me giro en el aire.
—Si quiero —le dije dándole un beso.
"Tú me tendiste la mano y yo la tomé sin detenerme a buscarle significado a mis actos, pero sentí esperanza por primera vez en casi un siglo. Tú marcas la diferencia y yo disfruto de la situación." Fueron sus palabras cuando hicimos los votos.
Y fueron felices y comieron perdices
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