08 diciembre 2019

Truquillos para maquetar un libro

¿Te imaginas yendo a una boda con la falda sobre la cabeza, la camiseta metida por las piernas o la corbata situada en la frente? Bueno quizá esto último sí, pero solo al final de la boda. Entonces, ¿por qué no le das la misma importancia al aspecto de tu novela?

La maquetación es un proceso fundamental que hay que cuidar para que resultado final sea profesional y no parezca hecho por niños.

Antes de la maquetación, hay que decidir varios aspectos visuales del libro que marcarán la diferencia. Es lo que se llama el diseño. Debemos elegir la tipografía, el tamaño de página, los márgenes y la estructura del libro (dedicatoria, prólogo, índice, títulos de crédito, texto literario…).


1. Formato del libro

Es muy habitual que cuando escribes tu primer libro, abres el Word, echas a volar tu imaginación y no paras de escribir hasta que terminas. Todo esto sin hacer ningún tipo de configuración, más allá de lo típico, como justificar el texto, alguna negrita o cursiva que otra, los títulos bien grandes y hermosos, más alguna cosilla que todos usamos constantemente.

¡Ah! Y por supuesto en A4, que es el formato por defecto de Word.

¿Has visto alguna vez una novela en A4?

Lo primero que debes decidir es el formato en el que vas a publicar tu novela. Lo más habitual para este tipo de publicaciones es un A5, 15×21 y apurando al máximo un 15×23 (recomendado en caso de autopublicación) en posición vertical. A no ser que lo quieras en tamaño de bolsillo. En ese caso debes ir a un tamaño más pequeño tipo 12×18, 11×16 o similar.

Yo prefiero escribir mi novela en el formato que he decidido imprimirlo, de lo contrario, al hacerlo en A4 deberás remaquetar posteriormente a 15×23. Porque además me permite saber el número de páginas que llevo escritas, sino tendrás un libro dos veces más grande de lo que realmente habías “previsto”.

Si tienes una novela con muchas páginas es interesante apostar por el 15×23 para poder aprovechar al máximo el papel y tratar de reducir en lo posible el coste de impresión.


2. Márgenes de la página

La frase «necesito mi espacio» se aplica aquí perfectamente. Hay que dejar un margen que la vista agradezca.

Los libros van pegados o cosidos por un lado. Dependiendo de si la página está a la derecha o a la izquierda, el lado pegado será distinto.

  • El lado pegado o cosido, comerá un poco de papel. Sabiendo esto, puedes marcar los márgenes que necesitas para la maquetación. Recomiendo los márgenes simétricos. 
  • Los lados interiores y exteriores serán diferentes porque el sistema identificará si esa página estará o no pegada a la hora de la encuadernación.
Las páginas pares son aquellas que están a la izquierda del lector, las impares las que están a la derecha. Por tanto, los márgenes exteriores serán, izquierda en las pares y derecha en las impares, y el margen interior será el contrario.

Al indicar que los márgenes han de ser simétricos le indicamos que los márgenes de las páginas pares serán un reflejo de los márgenes de las impares.

Para tratar de aprovechar al máximo el papel, marca un margen exterior de unos 18 mm y un margen interior de unos 21 mm. Esto permitirá que al pegar o coser el libro, tenga un margen de unos 3mm y permitirá que se vea correctamente y no parezca que el texto se hunde entre el encolado.

También has de marcar los márgenes superior e inferior. En este apartado va muy al gusto del autor. Personalmente me gusta que haya más espacio en la parte inferior que en la superior, con lo que yo marcaría 25 mm en el inferior y 20 en el superior. Parece una diferencia mínima, pero la visión de la mancha total del texto resulta más fluida.


3. Páginas de cortesía

Todo aquel que ha tenido una novela en sus manos sabe que estas no empiezan directamente en la página 1. El texto comienza unas cuantas páginas más adelante. Esto es porque antes de comenzar tu novela, hay una serie de páginas que te van introduciendo en el libro, las llamadas páginas de cortesía sirven para añadir información interesante, agradecimientos, dedicatorias, presentaciones o cualquier otro detalle importante.

El siguiente esquema nos servirá de referencia, ya que variará dependiendo de lo que queramos añadir:

  • Las dos primeras páginas (la primera hoja completa) se dejarán completamente en blanco.
  • Tras ellas, en la tercera página, podemos incluir en texto simple el título de la obra y el autor.
  • En la página cuatro, normalmente irán incluidos en la parte inferior, los créditos o detalles editoriales y legales del texto, el ISBN, la editorial, la imprenta, el año, copyright… esto siempre con una tipografía un par de puntos inferior a la que utilizaremos en el conjunto del libro.
  • La quinta página puede llevar ya el título adecuadamente incluido, con algún detalle como tipografía igual a la utilizada en la portada, algún diseño concreto para esa página… además del nombre del autor.
  • La página seis quedará en blanco.
  • En la página siete podemos incluir nuestra dedicatoria, si es que la tenemos, o bien una cita que queramos incluir.
  • La siguiente página par, la ocho, quedará nuevamente en blanco.
  • En la página nueve podemos incluir el índice (si decidimos ponerlo al comienzo del libro, ya que también puede ir al final) dependiendo de lo largo que sea y lo que ocupe.
  • En la página 11 podremos incluir el prólogo o el comienzo del texto como tal. Ahí empieza nuestro libro.
Evidentemente esto es orientativo, ni todas las novelas tienen prólogo, ni dedicatoria, ni índice… lo que hay que tener claro es que cada una de las partes importantes y diferenciadas de nuestro libro ha de empezar en página impar (salvo los créditos, que va en el lado izquierdo, en página par)

Otro detalle muy importante es que estas páginas no llevan número de página, como tampoco debe llevarlo cualquier página que vaya completamente en blanco.


4. Encabezado en cada página

El encabezado es un elemento que puede ser interesante, pero si no se hace con cuidado puede sobrecargar la página del libro y resultar incómodo a la hora de la lectura, y recuerda que en los libros, la elegancia es la sobriedad bien entendida.

Si el cuadro de texto es ligera, es entonces posible la inclusión del encabezado. Este ha de ser diferente en las páginas pares y en las impares.

Por norma general en la página par va el título del libro y en la impar el autor, pero como en casi todo, eso queda a decisión del autor.

Encuentras novelas que tienen en el encabezado el título del capítulo que se está leyendo. Todo depende de lo que quieras.

El encabezado ha de ir fuera del cuadro del texto, encima. El tamaño de la letra ha de ser al menos dos puntos más pequeño que el cuerpo de letra del texto y preferiblemente en un par de tonos más claro que el negro del texto. Un gris oscuro le viene estupendamente bien.


5. Pies de página o notas al pie

Algo que también debes tener presente a la hora de organizar la estructura de tu maqueta es que si la novela tiene un par de pequeños apuntes a pie de página o un par de pequeñas notas, no es relevante, pero sin embargo, si hay gran cantidad de texto incluido en notas a pie y llamadas a lo largo de la novela, hay que tenerlo en cuenta a la hora de generar los cuadros de texto.

Las notas al pie siempre han de ir al menos dos puntos más pequeñas que el texto general y con una distancia de al menos dos espacios del conjunto del texto para que queden realmente diferenciadas. Recuerda que han de ir en la misma página que la llamada que las identifica.

Si tienes demasiado texto de nota, sugiero que hagas un apéndice final en el cual se refirieran las notas y sus aclaraciones, para no interrumpir la fluidez del texto a lo largo de la novela.


6. Comienzo de capítulos

Puede que nuestra novela tenga títulos en cada capítulo, o bien pueden ser tan solo números, o tan solo un simple espacio y salto de página que nos traslada a un nuevo capítulo.

Es un pequeño trabajo de diseño. Dependerá del tipo de novela, de tu intención en el conjunto y en ocasiones de tu capacidad para generar un buen diseño que sea interesante para el lector.

Por regla general los capítulos deben empezar en página impar. Es decir, siempre en la página de la derecha aunque la de la izquierda quede en blanco. He dicho por regla general, pero dependerá también de cómo queramos que fluya nuestro texto. Esta norma no se aplica a la versión digital. Ahí van todas seguidas

He visto novelas en las que los capítulos se posicionan tan solo a un golpe de espacio y sin embargo es obvio que es una nueva parte de la novela. Los títulos también te indican si es o no necesario que empiecen en una página impar o bien pueden ser correlativos en una página par… es un trabajo de investigación.

Para asegurarte, es buena idea revisar novelas que tengas por casa y que estén bien editadas e impresas para hacerte una idea de lo que quieres para tú novela. Siempre es bueno acercarse a los profesionales para ver cómo lo hacen y tratar de imitarlos, o al menos seguir un poco sus pautas.


7. Tipografía

No cualquier tipo de letra es adecuado para una novela. 
Lo más importante es que sea legible. La tipografía nos acompañará durante toda la lectura, será la que nos transporte a través de la historia, es la puerta de entrada de tu novela a nuestra imaginación.

Ha de ser sencilla, limpia, fácilmente legible, elegante y nada recargada. La sencillez y la calidez de un texto pueden introducirte aun más en la magia del libro.

Las más recomendables son aquellas denominadas serif. Estas son las que tienen un pequeño apéndice en su forma, estos, al leerlo impreso nos ayudan a la continuidad del texto durante la lectura.

También hay otros factores diferentes que hacen que el texto sea más cómodo de leer, además del tipo de letra elegido, por ejemplo, el interlineado (la distancia entre líneas), el tracking (la distancia entre los caracteres de cada palabra) el porcentaje del ancho y alto de los caracteres elegidos, el color de la letra e incluso del papel (ahuesado, blanco…) el tipo de letra en un texto impreso no es el mismo que en una pantalla de ordenador.

Los tipos más elegidos para la impresión son Times New Roman, Source Serif Pro, Adobe Caslon Pro, Adobe Warnock Pro o Adobe Garamond Pro.

En las páginas web y en todo aquel material que veamos en pantallas de luz, los tipos utilizados más comúnmente son los Sans serif como la Calibri o Arial.

Sin embargo a la hora de maquetar un libro en su versión digital importa menos la tipografía elegida. El lector de libros electrónicos usará la que tenga predefinida.

Todas son perfectamente válidas, pero podrás comprobar que tanto su tamaño aun teniendo el mismo número de puntos, su interlineado y otras pequeñas diferencias hacen que el texto completo tenga un aspecto diferente dependiendo de la elegida.

Haz pruebas con páginas completas para decidir que tipo de letra te convence más dependiendo del resultado final de esa página impresa. Esa mancha de color variará de manera evidente y podrás comprobarlo. Recuerda que no se ve igual en tu pantalla del ordenador que una vez impreso, por lo que antes de decidirte, te recomiendo que hagas un par de impresiones en tu casa de una página con diferentes tipografías y tamaños hasta que encuentres la que te convence.

Eso sí, se desaconseja el uso de muchas fuentes diferentes en un mismo texto. Utiliza una sola fuente, dos si quieres, y juega con sus variantes familiares (cursivas, negritas…) el uso de varias fuentes diferentes puede generar confusión y agotar la vista del lector, generando cansancio y falta de interés.


8. Paginación

Recuerda que la numeración aparece en el momento en que empieza el texto (Prólogo, primer capítulo…) pero no aparece en las páginas de cortesía. No aparece el número, pero sí se cuentan a la hora de poner la numeración.
Es decir, si mi prólogo comienza en la página nueve, ese será el número que ha de aparecer en la página, no el 1.

No olvides que las páginas que quedan en blanco (por ejemplo, una página par en un cambio de capítulo) NO SE NUMERAN, se cuentan pero no han de tener el número impreso.

El número de página se coloca en la parte inferior de la hoja. A la derecha, a la izquierda o en el centro. Eso ya va en gustos. También se le puede añadir algún elemento, como una línea, un subrayado, un círculo…

En la versión digital, olvídate. El lector se encargará de ello. He de confesar que a mí eso es lo que menos me gusta de los lectores de libros electrónicos. Nunca sé cuántas páginas me quedan por leer, pues varían en función del tamaño del cuerpo de letra. Y en un lector Kindle, para rematar la jugada, te lo indican en tanto por ciento.


9. Sangrado de párrafo

Con sangrado me refiero a esos centímetros que las primeras líneas de cada párrafo se meten hacia la derecha. Sirve para reconocer de un vistazo el comienzo de cada párrafo. La forma más ortodoxa de hacerlo es sangrando todos excepto el primero de cada capítulo o relato o después de un salto de línea doble. Aunque esta norma he de decir que es la que menos he visto que se cumpla.


10. La justificación del texto y los guiones

Por norma general el texto de un libro debe ir justificado. A veces, este proceso es un auténtico dolor de cabeza y hay que prestar mucha atención al aspecto de los párrafos.

Al justificar un texto, el programa estira los renglones para que no queden espacios al final, evitando que los párrafos parezcan una sierra. Es un efecto desagradable.

El problema es que dependiendo de la longitud de las palabras, pueden aparecer separaciones desiguales entre cada palabra del renglón dando lugar a otro efecto también un tanto desagradable.

Cuando utilizamos texto corrido y se utiliza todo el ancho de página, no suele presentarse este problema o casi imperceptible, siendo muy fácil solucionarlo con los guiones de partición de palabras.

Lo interesante siempre es tratar de evitarlos, pero a veces es imposible. Debes fijarte muy bien porque es un pequeño detalle que para un lector habitual le hace ver claramente que el libro está maquetado de una forma profesional o de andar por casa.

El problema se acentúa todavía más cuando incluimos una imagen dentro del texto y se forman pequeñas columnas, donde el efecto ¡es terrorífico!


11. Viudas y huérfanas

Llegamos al drama de cada libro. Las líneas viudas serían las que se quedan solas al comienzo de una página. Esto queda feo y no debe pasar. Si la línea es de una sola palabra, entonces es el horror.

Las huérfanas son las líneas de un párrafo que se quedan aisladas al final de una página. También hay que evitarlo por todos los medios.

¿Cómo se hace? El sistema automático que traen los programas de maquetación, lo que hacen es modificar el interlineado de esa página para ganar o perder la línea viuda o huérfana. Aunque también mecanismos como añadir párrafos adicionales a los textos.


12. Índice

Es el listado de los contenidos del libro. Se puede colocar al principio o al final. Al principio puede ejercer de spoiler si es demasiado descriptivo. Si lo incluimos al final, Amazon te penaliza. Y en el medio del libro no tiene sentido. O sea, que al principio e incluyendo solo los títulos de cada capítulo o relato.

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