Solo tu me rescataste
de entre cenizas ardientes,
cuanto estaba perdida
en mis islas oceánicas.
Solo tu despertaste
mi cráter durmiente,
en una búsqueda ardida
de erupciones sinfónicas.
Solo tu conquistaste
mis puntos calientes,
en las fronteras prohibidas
de mis placas tectónicas.
Solo tu provocaste
una grieta creciente,
cogiéndome desprevenida
con tus fumarolas armónicas.
Solo tu desataste
mi volcán reciente,
fundiendo lava liquida
en mis cuevas volcánicas.
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