Este capítulo pertenece a la novela corta "Solo si es contigo", es un bonita de historia de amor surgida entre bambalinas. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.
Aparecieron a lo lejos, venía hablando César. Nick permanecía callado y al vernos aceleró el paso. Cuando llegaron hasta dónde estábamos parecía que Nick estaba agobiado.
—César, déjalo vale. No puedo quiero seguir hablando contigo de esto —le gritó al final.
Fue lo único que oímos de la conversación. César se quedó callado sin entender nada. Tardó un rato en reaccionar.
—Pero, ¿por qué? Solo quiero ayudarte.
Intenté echarle un capote y alejarle a César un rato.
—César, ¿puedo hablar contigo? —le susurré para que Nick no me oyera.
—Si claro, —me respondió mientras nos alejábamos un poco de la parada de autobús —no sé que le pasa, solo intentaba ayudarle. Se ha cerrado en banda.
—Lo sé, me lo ha dicho Vero. Le sugirió que hablará contigo y le dijo no le parecía oportuno.
—Pero, ¿por qué? Él siempre ha hablado conmigo de todo, incluso de chicas.
No sabía cómo sacar el tema. No quería hacerle sentir incómodo al recordarlo.
—¿Qué pasa? —me preguntó —¿Es porque eres mi hermana?
—Si, en parte, pero no sólo es eso.
—Va dímelo.
—No recuerdas lo que pasó el verano pasado.
—¡El verano pasado!, ¿qué paso el verano?... No, no pensará que yo... este tío es tonto de remate. Nick ven aquí ahora mismo —dijo a voz en grito, ignorando mis intentos de que no le dijera nada en ese momento.
—¿Qué pasa? – dijo Nick con resignación.
—No me digas que no quieres hablar conmigo por lo que pasó en verano —Nick me miró de reojo y no le contestó —Nick eso ya esta olvidado, te queda claro.
César estaba enfadado, parecía realmente molesto con recordarlo. Pero el autobús llegó y cerramos el tema.
—Vero, te voy matar como se te ocurre contárselo —le susurró Nick a su hermana mientras avanzaban por el pasillo.
—Yo solo intentaba ayudar, y ha funcionado, ¿no? Ahora ya lo sabes. Así que no te quejes —le contestó Vero.
Iba a sentarme al lado en el asiento de al lado de Nick y Vero cuando...
—Bea, Luis quiere decirte algo —dijo César
—Si quieres que me vaya solo tienes que decírmelo —le conteste
—No, te vayas, si no quieres, Bea —me dijo Nick como pidiéndome que no dejará que César le siguiera atosigando. —César, de todas sigue siendo tu hermana. Y no sé que es peor.
—Al final, vas a conseguir que té de una paliza, ven conmigo al final de autobús. —Nick no se movió del sitio. —Sabes lo que té pasa, Nick, que tienes miedo de tus sentimientos. Por eso no quieres hacerlo, ¿verdad? No es por vergüenza.
Todos nos quedamos sorprendidos con la afirmación pero sobretodo Nick, que estaba tan cortado, que no se atrevió a abrir ni a responderle.
—César, ya vale, déjalo. Cuando él quiera tu ayuda, ya te la pedirá —le dije cogiéndole de la mano.
El pobre chico no habló en todo el camino y cuando se fue a casa no se despidió de César. ¿Se habría enfadado de verdad con César?
—César, te has pasado, no crees —le dije
—Tiene que admitirlo, si no nunca será capaz de hacerlo.
—Pero podías hacerlo cuando estéis solos en lugar de cuando este yo delante. Aunque tuvieras razón nunca lo va a admitir delante de mí y de esa forma lo único que has conseguido es ponerlo en evidencia. César, no todos somos como tu, algunos no somos tan extrovertidos.
—Vale ya lo he entendido, ya le pediré disculpas cuando se le pasé un poco.
Por la tarde, César se acercó a hablar con Nick, y al día siguiente Nick trataba a César como si nada hubiera pasado. No sabía lo que le había dicho César, y prefería no saberlo. Eso es algo que me sorprende de los tíos, pueden pelearse y al minuto siguiente olvidarlo todo y seguir siendo tan amigos.
Aparecieron a lo lejos, venía hablando César. Nick permanecía callado y al vernos aceleró el paso. Cuando llegaron hasta dónde estábamos parecía que Nick estaba agobiado.
—César, déjalo vale. No puedo quiero seguir hablando contigo de esto —le gritó al final.
Fue lo único que oímos de la conversación. César se quedó callado sin entender nada. Tardó un rato en reaccionar.
—Pero, ¿por qué? Solo quiero ayudarte.
Intenté echarle un capote y alejarle a César un rato.
—César, ¿puedo hablar contigo? —le susurré para que Nick no me oyera.
—Si claro, —me respondió mientras nos alejábamos un poco de la parada de autobús —no sé que le pasa, solo intentaba ayudarle. Se ha cerrado en banda.
—Lo sé, me lo ha dicho Vero. Le sugirió que hablará contigo y le dijo no le parecía oportuno.
—Pero, ¿por qué? Él siempre ha hablado conmigo de todo, incluso de chicas.
No sabía cómo sacar el tema. No quería hacerle sentir incómodo al recordarlo.
—¿Qué pasa? —me preguntó —¿Es porque eres mi hermana?
—Si, en parte, pero no sólo es eso.
—Va dímelo.
—No recuerdas lo que pasó el verano pasado.
—¡El verano pasado!, ¿qué paso el verano?... No, no pensará que yo... este tío es tonto de remate. Nick ven aquí ahora mismo —dijo a voz en grito, ignorando mis intentos de que no le dijera nada en ese momento.
—¿Qué pasa? – dijo Nick con resignación.
—No me digas que no quieres hablar conmigo por lo que pasó en verano —Nick me miró de reojo y no le contestó —Nick eso ya esta olvidado, te queda claro.
César estaba enfadado, parecía realmente molesto con recordarlo. Pero el autobús llegó y cerramos el tema.
—Vero, te voy matar como se te ocurre contárselo —le susurró Nick a su hermana mientras avanzaban por el pasillo.
—Yo solo intentaba ayudar, y ha funcionado, ¿no? Ahora ya lo sabes. Así que no te quejes —le contestó Vero.
Iba a sentarme al lado en el asiento de al lado de Nick y Vero cuando...
—Bea, Luis quiere decirte algo —dijo César
—Si quieres que me vaya solo tienes que decírmelo —le conteste
—No, te vayas, si no quieres, Bea —me dijo Nick como pidiéndome que no dejará que César le siguiera atosigando. —César, de todas sigue siendo tu hermana. Y no sé que es peor.
—Al final, vas a conseguir que té de una paliza, ven conmigo al final de autobús. —Nick no se movió del sitio. —Sabes lo que té pasa, Nick, que tienes miedo de tus sentimientos. Por eso no quieres hacerlo, ¿verdad? No es por vergüenza.
Todos nos quedamos sorprendidos con la afirmación pero sobretodo Nick, que estaba tan cortado, que no se atrevió a abrir ni a responderle.
—César, ya vale, déjalo. Cuando él quiera tu ayuda, ya te la pedirá —le dije cogiéndole de la mano.
El pobre chico no habló en todo el camino y cuando se fue a casa no se despidió de César. ¿Se habría enfadado de verdad con César?
—César, te has pasado, no crees —le dije
—Tiene que admitirlo, si no nunca será capaz de hacerlo.
—Pero podías hacerlo cuando estéis solos en lugar de cuando este yo delante. Aunque tuvieras razón nunca lo va a admitir delante de mí y de esa forma lo único que has conseguido es ponerlo en evidencia. César, no todos somos como tu, algunos no somos tan extrovertidos.
—Vale ya lo he entendido, ya le pediré disculpas cuando se le pasé un poco.
Por la tarde, César se acercó a hablar con Nick, y al día siguiente Nick trataba a César como si nada hubiera pasado. No sabía lo que le había dicho César, y prefería no saberlo. Eso es algo que me sorprende de los tíos, pueden pelearse y al minuto siguiente olvidarlo todo y seguir siendo tan amigos.
CONTINUARA...
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