22 junio 2024

Lo que no ves de mí


     Paseo por las calles de la ciudad donde las luces de neón bailan con la noche y los susurros de los transeúntes se entrelazan con el ritmo de mi corazón. Me encuentro perdido entre la gente, siendo un joven de alma inquieta y mirada perdida, cuyos pensamientos resuenan más allá de lo que mis palabras son capaces de expresar.
     En medio de este bar repleto de desconocidos, me siento solo, sumergido en el laberinto de mis propios pensamientos. Mi rostro reflejado en el cristal empañado del local parece distorsionado, como si cada fragmento de mi ser estuviera luchando por encontrar su lugar en el mundo. Mientras mi voz se pierde entre un murmullo indistinguible, yo me afano en buscar respuestas que se empeñan en esquivarme.
     Y así, entre las sombras de la noche, me encuentro en una rotonda, incapaz de discernir la salida que debo tomar. Las palabras que anhelo decir permanecen atrapadas en mi garganta, como mariposas que se resisten a abandonar su capullo. En lo más profundo de mi corazón, hay una verdad que aún no ha sido revelada y un destino que aguarda pacientemente mi llegada.
     Tengo el coraje de un guerrero que va directo al sol, decidido a enfrentar mis miedos hasta que llegue el día en que logre derrotarlos. Veo un futuro incierto y una oscuridad que amenaza con engullirme, sin embargo, yo me aferro a la esperanza de un mañana mejor, donde mis palabras encontrarán su camino y los secretos ya no darán tanto miedo.
     A cada paso descubro nuevas capas de mi ser que no sabía que tenía y libero ataduras que me han mantenido prisionero durante demasiado tiempo. Aunque el camino hacia la transparencia parezca lejano y esté lleno de obstáculos, sé que cada desafío me acerca un poco más a mi destino.
     En medio de la multitud, me siento como un ave que finalmente ha encontrado sus alas, listo para emprender el vuelo hacia un nuevo horizonte. Aunque todavía siento las sombras del pasado aferradas a mí, también sé que tengo el poder de superar cualquier adversidad que se interponga en mi camino.
     Con el sol brillando en lo más alto y un futuro extendiéndose ante mí como un lienzo en blanco, me preparo para enfrentar lo que el destino me depare. Sé que lo mejor está aún por venir, y que las palabras que tanto anhelo decir encontrarán su voz en el momento adecuado.



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