24 agosto 2019

Canarias eterna

Del fuego naciste
y con el fuego mueres.

Años de vida
se consumidas en horas.

Lucha por tu vida
que la muerte no dura.

Resurge de tus cenizas 
y vuelve a la vida.

Tus árboles volverá a crecer
y los pájaros volarán de regreso.

Reemplaza con verdor
lo que el fuego tornó en negro.

La muerte solo durará un instante.



28 julio 2019

¿Qué es un monólogo interior?

El monólogo interior es una de las formas en las que podemos narrar. Para que veas en qué consiste, lo mejor es que leas un ejemplo. El que sigue es un fragmento de la novela Ulysses, de James Joyce, de la que seguramente habrás oído hablar:

… y la noche que perdimos el barco en Algeciras y el guardia de un sitio para otro sereno con su farol y O aquel abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las puestas de sol gloriosas y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas aquellas callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y de amarillo y las rosaledas y los jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando yo era una Flor de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas andaluzas o me pondré una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo pensaba bien lo mismo da él que otro y entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera otra vez sí y entonces me preguntó si quería sí decir sí mi flor de la montaña y al principio le estreché entre mis brazos sí y le apreté contra mí para que sintiera mis pechos todo perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero Sí.

En un monólogo interior, el texto tiene la forma de secuencia de pensamientos de un personaje, de manera que, al leerlo, se asiste en vivo y en directo a la actividad mental de ese personaje. En el ejemplo, el texto reproduce lo que pasa por la cabeza de Molly Bloom, el personaje femenino principal de la novela.

Cuando el flujo de pensamiento aparece plasmado en texto con el estilo de un escrito convencional, con una cierta elaboración lingüística y de manera que se respeta la ortografía y la gramática, entonces hablamos de un monólogo interior propiamente dicho. Si, en cambio, lo llevamos al extremo, y lo plasmamos en texto sin respetar la gramática, con errores ortográficos, cortando las frases, etc., entonces hablamos, más bien, de flujo de consciencia.


¿Cómo se escribe un monólogo interior?

Los aspectos a tener en cuenta en el momento de escribir un monólogo interior son básicamente tres:

En primer lugar, en lo que respecta al formato de este tipo de discurso, lo propio es escribirlo en un único párrafo, es decir, sin puntos y aparte, ya que se trata de emular un fluir continuo. En el caso extremo, podemos escribirlo sin poner ningún punto y seguido, bien plasmándolo en una única frase que ocupe todo el párrafo, bien en varias frases yuxtapuestas que no delimitaríamos con signos de puntuación ni iniciales mayúsculas ni de ninguna otra manera.

En su modadidad de flujo de consciencia, podemos incluir faltas de ortografía, unir palabras o partirlas en dos, substituirlas por cifras, abusar de las interjecciones, cambiar de tema a mitad de una frase, etc.,

En lo que respecta al contenido, un monólogo interior no es una comunicación más o menos estructurada de unos hechos o de unas ideas, sino una secuencia caótica de percepciones, reflexiones, emociones, recuerdos y fantasías en la que, por asociación de ideas o por estimulos exteriores, se salta de un tema a un otro sin ningún orden.

Y en cuanto al destinatario del discurso, es importantísimo que tengas en cuenta que el personaje, en su pensamiento, no se dirige a nadie más que a sí mismo. Al contrario que en una narración convencional en primera persona, el personaje, en un monólogo interior, no le está explicando nada ni a una audiencia ni a un lector, ni siquiera se lo está explicando a sí mismo, con lo que no tiene ninguna necesidad de asegurarse de que su discurso se entienda.

En un monólogo interior nunca habrá incisos explicativos. El personaje, en un monólogo interior, no necesita aclarar nada, porque en realidad no hay una transmisión de información como tal: su discurso surge en su mente y se queda en ella.

Es por este motivo, sobre todo, que no es fácil escribir un monólogo interior, porque estamos acostumbrados a hacer que el narrador explique. En un monólogo interior, no hay ninguna explicación: el personaje no está produciendo su pensamiento para que sea entendible por otra persona, pero nosotros hemos de hacer que sí lo sea, y lo hemos de hacer sin que se note la manipulación. 



¿Cómo incluir un monólogo interior en una narración?

Así como a menudo las novelas se escriben en forma de diario personal o de serie de cartas de principio a fin, difícilmente se puede hacer que una novela esté escrita, toda ella, en forma de monólogo interior. El motivo es el que ya he explicado: el pensamiento no es un medio que se use para transmitir información; sólo los telépatas, si es que existen, lo pueden usar así. El pensamiento permite evocar información e interrelacionarla, sin más.

Lo habitual es que únicamente algunas partes de una narración estén escritas en forma de monólogo interior. Podemos ir narrando en primera persona de la manera convencional y, en los momentos de más introspección del personaje, hacer que la narración tome la forma de su pensamiento.

Por ejemplo, en una novela en la que el personaje explique cómo le acusan de un delito y le condenan a prisión, podemos hacer que en la primera noche que pase en la celda, cuando ya hayan apagado las luces y no se oiga nada, el personaje se ponga a pensar, y entonces exponer en monólogo interior ese pensamiento. Este ejemplo es un fragmento de la novela Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos.

Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada.

El paso de un modo narrativo a otro lo podemos hacer de manera que resulte impercetible para el lector, o podemos marcar de alguna manera el inicio y el final del monólogo interior. Por ejemplo, podríamos escribir el monólogo interior en cursiva. También podríamos ponerlo en un capítulo para él solo.

27 julio 2019

Mirarte a escondidas

Me gusta mirarte a escondidas,
cuando crees que no te veo
y observar que estas mirándome.

En cambio, si te miro y tu me ves,
se que me desviarás la mirada,
y ya será tarde, porque te habré visto.

25 julio 2019

Oprah Winfrey - Empresaria y presentadora norteamericana

Oprah Gail Winfrey; Kosciusko, Misisipi, 1954) Empresaria y presentadora de televisión norteamericana que mantuvo durante veinticinco años inusitadas cotas de audiencia con su programa de entrevistas The Oprah Winfrey Show (1986-2011). Finalizada esta etapa, fundó su propia cadena de televisión, la Oprah Winfrey Network (OWN), en la que ha seguido desarrollando su labor y gozando de altísimos niveles de popularidad. Desde los años 90, publicaciones como Forbes, Life o Time la han venido considerando como una de las personalidades más poderosas e influyentes del mundo.

Oprah Winfrey es un verdadero mito para muchos estadounidenses. Esta mujer, cuya vida de niña no fue nada fácil, supo superar una infancia traumática y convertirse con el tiempo en una brillante comunicadora. Nacida el 29 de enero de 1954 en la localidad estadounidense de Kosciusko, en el estado de Misisipi, su abuela la cuidó hasta que cumplió los seis años. Pasó entonces a vivir con su madre y se vio abocada a un entorno infernal: sufrió abusos y maltratos físicos y psíquicos que convirtieron su día a día en un calvario. La insoportable situación determinó que a los trece años decidiera escaparse; pensó que cuando la detuvieran la llevarían a casa de su padre en Nashville, como efectivamente ocurrió.

A los diecinueve años empezó a coquetear con el mundo de la comunicación trabajando como reportera en una estación de radio de Nashville; había ingresado en 1971 en la Universidad de Tennessee, donde incluso ganó varios concursos de belleza. A los veintidós, Oprah Winfrey se trasladó a Baltimore, donde tenía una oferta para presentar un programa de televisión, People are talking. Su primera aventura en la pequeña pantalla se prolongó por ocho años, en buena parte gracias a su singular fotogenia y naturalidad ante la cámara.

Su carrera profesional dio otro importante salto en 1984, cuando la WSL-TV de Chicago la contrató para presentar un espacio matinal, el A.M. Chicago; en pocos meses Oprah Winfrey consiguió que un programa que era el último en el ranking de audiencias alcanzase la primera posición. La clave de este meteórico ascenso fue sin duda la presentadora, que aprovechó la ocasión para lanzar a nivel nacional su propio programa,The Oprah Winfrey Show. Estrenado en septiembre de 1985, fue emitido en ciento veinte canales y llegó de inmediato a diez millones de telespectadores.

A partir de entonces el éxito se convertiría en el compañero eterno de Oprah Winfrey. En 1986, The Oprah Winfrey Show, era ya el programa de entrevistas número 1 de las televisiones estadounidenses, y a lo largo de veinticinco años continuaría ostentando una posición mediática privilegiada: casi treinta millones de espectadores seguían sus emisiones sólo en los Estados Unidos. Los premios, entre ellos diversos Emmy al mejor programa de entrevistas, respaldarían su trayectoria.

Cuando a mediados de los 90 el talk show estadounidense experimentó una clara deriva hacia la telebasura, Oprah Winfrey optó por sostener sus propios criterios y alejar su show de toda tentación amarillista, excluyendo de su plató las peleas a puñetazos y los asuntos escabrosos. Si inicialmente perdió algunos puntos de audiencia, pronto se vio recompensada con un incremento de popularidad y la definitiva consolidación de su prestigio, hasta el punto de que las más célebres personalidades nunca declinaron pasar por su programa.

Algunos de los ingredientes de su fórmula ganadora fueron su extraordinaria empatía, el tono íntimo y confesional de sus entrevistas y su interés por cuestiones culturales o de fondo humano como la lectura, la superación personal, el altruismo o la espiritualidad. Finalmente, después de veinticinco años en antena, Oprah dio por concluida su etapa al frente de The Oprah Winfrey Show y fundó en 2011 su propia cadena de televisión, la Oprah Winfrey Network (OWN), que pronto conocería momentos estelares: en enero de 2013 dio la vuelta al mundo su entrevista a Lance Armstrong, el ciclista estadounidense despojado de sus siete de Francia por dopaje.

Pero Oprah Winfrey no es sólo una célebre presentadora de televisión; la inmensa popularidad que le brindó este medio le sirvió para llevar a cabo muchas otras actividades. Fundó tempranamente su propia productora, Harpo Productions, a través de la cual consiguió retener la propiedad de The Oprah Winfrey Show y obtener pingües beneficios de su explotación, que la convirtieron desde finales de los 90 en la primera afroamericana billonaria. «La reina de todos los medios», como la llama la prensa, no se durmió entonces sobre sus laureles, sino que apostó tempranamente por las nuevas tecnologías: en 1999 creó Oxygen Media, corporación dedicada a la producción de contenidos para la televisión privada e Internet.

Oprah contribuyó asimismo a la difusión de la lectura con la sección Oprah's Book Club, incluida en su programa; ha escrito libros y ejercido la crítica literaria, dirige su propia web y es la editora de The Oprah Magazine, una revista que desde 2004 siguió la línea de su programa televisivo. También ha hecho incursiones en el mundo del cine: participó en películas tan conocidas como El color púrpura (1985), de Steven Spielberg, por la que fue nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria; otros títulos destacados de su filmografía son Beloved (1998), El mayordomo (2013) y Selma (2014)

Además de una excelente profesional, Oprah Winfrey es una mujer preocupada por los problemas sociales. Su niñez la sensibilizó especialmente, y no ha dudado en involucrarse en diferentes acciones, tanto benéficas como de concienciación social. En 1991 llevó a cabo una campaña a favor de la creación de una base de datos de pederastas a nivel nacional. Este proyecto se transformó en la ley conocida como Oprah-Bill, hecha realidad en 1993 bajo la presidencia de Bill Clinton. Oprah impulsa además una fundación que lleva su nombre y que está dedicada a apoyar a las mujeres y niños del mundo; entre otras acciones, destina cada año millones de dólares para ayudar a estudiar a muchos jóvenes sin recursos.






Si quieres leer alguna biografíamás.