17 junio 2018

Kathy Switzer: primera mujer en correr una maratón con un dorsal

Kathrine Virginia "Kathy" Switzer  original de la ciudad alemana de Amberg aunque nacionalizada Americana. Es una escritoria, comentarista de televisión y atleta. Pero, todo eso no es lo que la hace especial, su gran gesta fue convertirse en la primera mujer en correr una maratón, la maratón de Boston, con un dorsal. Era el año 1965 y las maratones estaban destinadas exclusivamente para deportistas varones. Partió de la línea de meta con el dorsal 261 y cruzó la línea de meta 4 horas y 20 minutos, después.


Una milla al día

Kathy empezó a correr cuando tenía 12 años, quería pertenecer al equipo de hockey sobre hierba. Su padre la animó para que corriera una milla al día. Asegura de que era un niña flaca e insegura y a pesar de nunca entro en el equipo, le ayudó a ganar seguridad y coraje.
En la universidad de Syracusa donde estudiaba periodismo, conoció a Arnie Briggs, entrenaba el equipo de cross-country masculino. Kathy se enroló en el equipo de atletismo de su Universidad, donde entrenaba con los chicos. Su entrenador empezó a hablarle de la maratón y un día le dijo que quería correr la maratón de Boston y el le respondió: “Las mujeres no pueden correr el maratón de Boston”. Después de un discursion, él alego: “Si puedes demostrarme en la práctica que puedes correr la distancia del maratón, seré la primera persona en llevarte”. Y así lo hizo, un día corrieron 49 kilometros y tuvo que cumplir su palabra, inscribiéndola en la carrera. Me dijo: "No hay nada sobre género en el reglamento y no hay nada sobre género en el formulario". Yo le dije: "bien, ok". Pagué los US$2 y me inscribí con mis iniciales."Los organizadores supusieron que era un hombre y me dieron el número 261".

Switzer se inscribió en la maratón bostoniana con el nombre K. V. Switzer, sus iniciales, hecho que no hizo despertar las sospechas de los organizadores. Ella siempre ha asegurado que no lo hizo con la intención de ocultarse, pues esta versión de su nombre era la que utilizaba para firmar artículos en el periódico de la Universidad. Bien es cierto que la participación de una mujer no era ilegal, sino más bien alegal. No estaba prohibido, pero tampoco permitido (en tanto la inscripción no decía nada del sexo del corredor)



El gran día del maratón

La mañana del maratón fue increíble. Estaba nevando con un terrible viento de frente. Kathy llevaba puesta una bonita camiseta que quería exhibir, pero estaba tan frío que no fui capaz de quitarme mi pesado suéter de entrenamiento.
Muchos corredores saludaron con simpatía la presencia de Kathy, a la que animaron de cara a su participación.
Los oficiales de la carrera los colocaron en la línea de salida, y “todo el mundo se veía igual” afirma la corredora, con esas equipaciones calientes y anchas, así que nadie se dio cuenta que no era uno de los hombres. Le dijo a Arnie: "Tenías razón, no hay problema" y él respondió: "Te dije que no habría problema".


La carrera

Las primeras tres kilometros estuvieron fantásticos, hasta que la prensa me vio desde la distancia, y se volvieron locos: "¡Una chica en la carrera! ¡Tiene un número!", gritaban. Y también nos tomaban fotos. Nosotros respondimos saludando con la mano, ya que era simplemente un instante mediático.
Tan pronto como Jock Semple se percató de la presencia de Kathy Switzer, no dudó ni un momento en salir en persecución de la joven. “Escuché detrás de mí el sonido de unos zapatos de cuero, claramente no eran zapatos para trotar y vi a este hombre de mirada furiosa. Fue aterrador. Me tomó por los hombros y me empujó hacia abajo, y trató de quitarme el número del pecho”. Preso de la ira, y gritarle: " Lárgate de mi puta carrera y devuélveme ese dorsal " Tom Miller, jugador de fútbol americano y pareja de Switzer, al que secundó también su entrenador Arnie Briggs a Semple, consiguió deribarlo y Kathy, que confesó estar “aterrorizada”, siguió corriendo. Un fotógrafo captó el incidente y las imágenes dieron la vuelta al mundo.




Semple, nacido en Escocia y establecido en Estados Unidos desde la adolescencia, fue corredor de maratones y masajista de equipos como los Boston Bruins de hockey o los Celtics de baloncesto. En la maratón, Semple ejercía de codirector de la carrera. Este cascarrabias escocés tenía fama por su mal carácter y por sus denodados esfuerzos, cada año, de eliminar de la carrera todo atisbo de broma o de actuación que se saliera de la más rigurosa ortodoxia. En 1957, de hecho, casi lo denuncian por agredir a un corredor que salió a disputar la maratón con aletas, gafas y tubo de buzo. El motivo, cualquier tipo de incidente durante la carrera, podría provocar la pérdida de los permisos para celebrar la Maratón

Le dijo a su entrenador: "Tengo que terminar esta carrera, así sea sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí".
A pesar del logro de acabar la carrera, con un tiempo de en torno a 4 horas y 20 minutos, las consecuencias no fueron las mejores. La AAU (la Unión de Atletas Amateurs) decidió prohibir expresamente la participación de mujeres en carreras populares. A partir de ese momento, Kathy Switzer abanderó un movimiento para pedir que las mujeres pudieran participar en maratones. Les costó cinco años conseguirlo: en 1972, se abrió la participación femenina en maratones.
"Me siento muy agradecida a ese hombre enfadado porque cambió no solo mi vida, sino la de millones de mujeres. La gente me dice: “Es terrible”. Y siempre contesto: “A su pesar, él hizo más por las mujeres atletas que nadie porque creó una imagen que se ha convertido en un icono de los derechos de las mujeres”.


Lo que pasó después

Switzer, por supuesto, siguió compitiendo. En 1974 ganó la maratón de Nueva York y en 1975 logró su mejor tiempo en la maratón de (precisamente) Boston, con 2:51:37. Kathy Switzer, desde entonces, ha dedicado su vida a la maratón.
Organizaron más de 400 carreras en 27 países, y usamos las estadísticas de esos eventos para hacer lobby ante el Comité Olímpico Internacional, hasta que lograron incluir a la competencia el maratón femenino, en 1984.
Fue nombrada atleta de la década por la Runner’s World Magazine, ha escrito sus memorias, escribió también un libro destinado a ‘runners’ de más de 40 años y organiza carreras de larga distancia por todo el mundo, destinadas a mujeres, que llevan como nombre ‘261’, el dorsal que llevó aquel famoso día en Boston. Hace un año organizó una en Palma de Mallorca. Además, da conferencias y charlas motivacionales contando su experiencia. Además, es una asidua a la maratón de Boston.
 
Sobre Jock Semple os diré que años después de su encontronazo con Kathrine Switzer, ambos se encontraron y Semple se disculpó con ella. Además, una vez fue totalmente legal que las mujeres corrieran maratones, Semple se convirtió en uno de los más firmes defensores de las atletas femeninas. Falleció a causa de un cáncer en 1988, a los 85 años de edad.



Bobbi Gibb

Y no, no quiero acabar este artículo sin hablar de otra mujer, menos conocida pero igual de valiente y arrojada que Switzer, si no más: Roberta Bobbi Gibb. Esta bostoniana, fanática del atletismo, es en realidad la primera mujer que corrió la maratón de Boston. Se coló en 1966 (también en 1967 y 1968), entre la multitud de la maratón después de que su inscripción fuera rechazada, pero lo hizo sin dorsal.  Está reconocida oficialmente como la primera mujer ganadora de la maratón de Boston. Para que os hagáis una idea, en 1967 llegó a la meta casi una hora antes que Kathy Switzer. Gibb se ocultaba entre los arbustos, cerca de la línea de salida, bajo una sudadera con capucha. Cuando sonaba el pistoletazo de salida y alrededor de la mitad de los participantes ya había salido, se juntaba con ellos para poder disputar la carrera. En la meta, ya sin capucha, fue captada por los medios de comunicación y, como Kathy Switzer, se hizo muy famosa. Jurista de profesión, no fue hasta 1996 cuando se le reconocieron sus triunfos, se le entregaron sus medallas, y se incluyó su nombre en el palmarés de la prueba. Con un perfil menos mediático que el de Kathy Swtizer, Bobbi Gibb ha recibido desde entonces numerosos homenajes.


Si quieres leer alguna biografíamás.

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