Todo buen fan del cine de terror conoce la leyenda de Bloody Mary. Al menos la parte en la que te pones frente a un espejo y repites su nombre tantas veces como diga el ritual. Protagonista de innumerables películas de terror, se ha convertido en una de las leyendas urbanas más conocidas de todos los tiempos.
Pero en realidad pocas personas conocen el verdadero origen de la historia.
María Tudor, la reina sangrienta
Una vez que te relacionen con un apodo, es difícil deshacerte de ello. Nadie lo sabe mejor que la mismísima María I de Inglaterra, conocida como María Tudor.
Y el apodo de “Bloody Mary” no salió de la nada. Ella fue responsable de quemar a casi 300 protestantes en la hoguera en las Persecuciones Marianas en sus intentos de crear una Inglaterra más católica.
Lamentablemente, esa reina tan capaz de contribuir a tanta muerte fue incapaz de hacer lo contrario: traer vida al mundo. Ella tuvo un falso embarazo “increíblemente creíble”. A los tres meses de su matrimonio María empezó a sospechar que estaba embarazada, viendo como su vientre aumentaba de volumen e incluso dijo que podía sentir el movimiento del feto. Sin embargo, los médicos atribuyeron la inflamación del vientre real a una hidropesía, vulgar retención de líquidos y pronto el vientre hinchado de Maria empezó a volver a deshincharse.
Poco después, en 1558, María pensó que podría estar embarazada de nuevo. Dado lo ocurrido anteriormente, ella decidió guardar la noticia en secreto. Desafortunadamente, una vez más, resultó ser una falsa alarma. Pero lo peor aún estaba por llegar ya que la Reina María I murió poco después de la mala noticia.
A pesar de haber ganado el apodo de Bloody Mary por las Persecuciones Marianas, también hay personas que creen que es ella la que aparece detrás de los espejos ya que sigue buscando a sus hijos perdidos y está más que dispuesta a robar uno si es necesario.
María, Reina de Escocia
A diferencia de las otras mujeres en esta lista, según la historia, María, Reina de Escocia no dio órdenes para derramamiento de sangre; simplemente la sangre derramaba por su alrededor por pura casualidad. Su desacertado matrimonio con su primo, el conde de Darnley, iba de mal en peor hasta que su marido apuñaló a un hombre 56 veces delante de ella, con un embarazo avanzado. Después del cruel asesinato, Darnley murió misteriosamente. Aunque nunca hubo ninguna prueba, muchos sospechaban que había sido María, e incluso se casó con uno de los principales sospechosos del asesinato de Darnley.
Visto el panorama, Mary cogió a su hijo pequeño, John (el entonces futuro Rey de Inglaterra) y se marchó donde su prima, la Reina Isabel I, para pedir protección. Pero, temiendo un posible levantamiento en favor de María para tomar su trono, Isabel ordenó que la metieran en la cárcel donde permaneció durante 19 años. A raíz de mucha gente intentando convencer a Isabel de muchas conspiraciones susurradas junto con algunos intentos de escapar de la cárcel por parte de María, fue sentenciada a muerte por decapitación. Lamentablemente, el verdugo era un incompetente y hasta tres golpes hubo de dar para separar la cabeza de su cuerpo.
Una vez decapitada, el verdugo alzó la cabeza y grito, “Dios salve la Reina”Pero él sólo había agarrado su peluca roja y la cabeza real de la reina cayó al suelo. La cabeza rodó por el suelo hacia los espectadores quienes vieron que era gris y que estaba rapada. La reina había usado una peluca. El acto superaba la expectativa de los espectadores ingleses acostumbrados a presenciar las monumentales tragedias de Shakespeare.
Por consiguiente, se sugiere que su muerte tan espantosa y tanto derramamiento de sangre que rodeaba su vida acabe convirtiendo la Reina María de Escocia en un fuerte candidato para ser la Bloody Mary que todos conocemos por la leyenda urbana.
Isabel Bathory
También conocida como la Condesa de Sangre, Isabel Bathory (la condesa Erzsébet Báthory de Ecsed) fue miembro de la familia real húngara en el siglo XVI y sigue siendo considerada como la asesina en serie más prolífica de la historia. Hasta se dice que sirvió de inspiración para Drácula .
Bathory tenía una sed insaciable de matar, y podía salirse con la suya gracias a su riqueza (hasta el propio rey le debía dinero). La historia cuenta que cientos de chicas “desaparecieron” en su castillo. Hubo hasta relatos de casos de canibalismo, tortura, estrangulamientos, apuñalamientos e incluso laceraciones (de los propios dientes de Isabel). Es imposible conseguir un recuento oficial de cuántas niñas murieron en el susodicho castillo de la condesa, pero se estima que puede llegar a superar los 600.
No sería de extrañar que incluso después de su muerte, Elizabeth Bathory siguiera saciando su sed de sangre, convirtiéndola en otra posible candidata de la Bloody Mary que conocemos hoy en día.
Como conclusión, relacionar figuras históricas con leyendas urbanas puede parecer temerario pero las leyendas suelen estar enraizadas en una pizca de verdad. Se piense lo que se piense, una cosa es segura. Las tres mujeres en esta lista nos son mujeres con quienes nos gustaría encontrar en el espejo del baño en medio de la noche.
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