El silencio se abre paso
entre las cenizas,
que lo cubren todo.
¡Shhh!, no hagáis ruido
no sea que se despierte.
Mejor cantar una nana
que entonar aleluyas.
Hace tres meses,
el volcán del cumbre vieja
despertó de su apacible siesta
para asistir al dorado aniversario
de su hermano el Teneguía.
En su corazón de roca
latía la hirviente lava
con una siniestra sonrisa
de gran belleza rojiza
que se desangra ladera abajo
devorando todo a su paso
que para morir se hace a la mar.
Desde el mirador de Tajuya
y el puerto de Tazacorte
vimos temblar Fuencaliente,
Villa de Mazo y El paso,
observamos como un Paraíso
podía convertirse en un infierno,
asistimos en directo a la caída
de la iglesia de Todoque,
evaporarse a La laguna
y fuimos testigo mudos
de como se puede morir dos veces
si vivías en Las manchas.
Te digo adios y no me apeno
pues no te echaré de menos.
La palma, isla bonita,
quedaste en dos dividida
por una cicatriz negruzca
que siempre nos recordará
el sufrimiento de tu gente.
Su debilidad nos da esperanza,
su tremor quedo atrás,
sus encogidas de miedo cesaron
y sus gritos de dolor
han dejado paso al silencio.
¡Shhh!, no hagáis ruido
no sea que se despierte.
Mejor cantar una nana
que entonar aleluyas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario