Atrapada en mi balcón,
examino una calle desierta
y un silencio que paraliza
los latidos de mi corazón,
robándome un día
de mi efímera existencia.
A través de una ventana,
me encuentro con unos ojos
que me miran prisioneros.
La intensidad de su mirada
me intimida,
pero, ¿qué me pasa?
¿Por qué no puedo dejar de mirarle?
Sus ojos verde esmeralda,
me reclaman.
Su pícara sonrisa,
le delata.
Sabe que le observo cautivada.
Me obligo a dejar de admirarle
pero una fuerza poderosa
me atrae de nuevo a sus ojos
con una extraña pregunta
¿Seguirá atrapado en mi reflejo?
Así es, pero solo un instante
y otra vez esa sonrisa traviesa
tiñe de coral mis mejillas.
Se me desgarra el alma
al verle desaparecer
en el interior de su refugio.
Cada día al caer la tarde
le busco de nuevo
en este mirador improvisado
permitiendo que sus ojos
iluminen mi sonrisa
tan solo unos minutos.
¿Quién es ese joven que me mira?
¿Por qué me reclama,
me cautiva y me atrapa?
examino una calle desierta
y un silencio que paraliza
los latidos de mi corazón,
robándome un día
de mi efímera existencia.
A través de una ventana,
me encuentro con unos ojos
que me miran prisioneros.
La intensidad de su mirada
me intimida,
pero, ¿qué me pasa?
¿Por qué no puedo dejar de mirarle?
Sus ojos verde esmeralda,
me reclaman.
Su pícara sonrisa,
le delata.
Sabe que le observo cautivada.
Me obligo a dejar de admirarle
pero una fuerza poderosa
me atrae de nuevo a sus ojos
con una extraña pregunta
¿Seguirá atrapado en mi reflejo?
Así es, pero solo un instante
y otra vez esa sonrisa traviesa
tiñe de coral mis mejillas.
Se me desgarra el alma
al verle desaparecer
en el interior de su refugio.
Cada día al caer la tarde
le busco de nuevo
en este mirador improvisado
permitiendo que sus ojos
iluminen mi sonrisa
tan solo unos minutos.
¿Quién es ese joven que me mira?
¿Por qué me reclama,
me cautiva y me atrapa?
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