16 abril 2019

Leyendas de EEUU - Leyenda de la Luna. Una nave espacial

Esta leyenda dice que la luna es una gigantesca nave espacial que estuvo habitada por seres extraterrestres y que orbitaba la Tierra. 

Don Wilson publicó el libro titulado La Luna es una misteriosa nave espacial tan solo 3 años después de que la NASA cancelara el proyecto Apolo. Acusa a la NASA de ocultar información obtenida durante sus misiones en la Luna y concluye que nuestro satélite era en realidad una especie de gigantesca nave espacial, esférica en cuyo núcleo se encontraba una colosal base extraterrestre.


En este ensayo aparece la teoría soviética tal y como fue formulada, las transcripciones exactas de los mensajes recibidos desde las misiones lunares de la NASA, mantenidas en secreto hasta ahora.



Si la hipótesis soviética es efectiva, y hay muchas razones para creerlo así, se abría descubierto algo tan sensacional que afectaría profundamente todas nuestras concepciones sobre el Universo.



Según las antiguas leyendas, la luna no siempre nos ha acompañado en nuestro viaje por el espacio. Dicen las crónicas tibetanas, que en tiempos antidiluvianos, no había luna en el cielo. Las leyendas eslavas también apuntan en ese sentido y el misterioso Libro de las Revelaciones, indica que la luna fue capturada por la Tierra hace trece mil años


A principios de los sesenta, un astrónomo de la NASA,  el  Dr. Gordon McDonald, tras haber estudiado los análisis de los movimientos de la Luna, señaló la posibilidad de que la Luna fuese un cuerpo huecopuesto que la densidad de su superficie es mucho mayor que la de su interior. En esa misma época, el astrofísico y ufólogo, Dr. Morris Jessup, mayormente conocido por la divulgación del llamado “experimento Filadelfia”, había estado investigando los fenómenos luminosos avistados en la Luna. Sus conclusiones fueron que el satélite debía estar ocupado por seres extraterrestres que habían establecido allí su base.  

En Julio de 1970, la revista moscovita Sputnik publicó las sorprendentes teorías de dos científicos soviéticos, que facilitaban la explicación de todas las peculiaridades lunares que habían sido detectadas durante la conquista del satélite. Según Mikhail Vasin Alexandre Shcherbakov, ambos de la Academia Soviética de Ciencias, ¡la Luna estaría hueca!. Pero estos sabios añadían que "La Luna no es un satélite natural de la Tierra, sino un enorme planetoide hueco, construido por alguna , habilitado artificialmente en su interior y que habría sido puesto en la órbita terrestre hace miles de años". De acuerdo con la teoría de estos dos científicos (llamada desde entonces “Teoría de la Luna – Nave Espacial” o “Teoría Vasin-Shcherbakov”) la luna no es un satélite natural de la Tierra, sino un enorme planetoide hueco, construida por una civilización altamente desarrollada y con una tecnología infinitamente superior a la nuestra que habría vaciado su interior de roca usando las propias propiedades volcánicas del cuerpo. A partir de este momento los alienígenas habrían construido una base en el interior, capaz de resistir la gravedad del sistema, y, por razones desconocidas, la habrían puesto en la órbita terrestre. Apuntaban que, “Además del carburante que debió servir para el viaje, la cavidad interna de la Luna debe contener también herramientas y accesorios para efectuar reparaciones, instrumentos de navegación, dispositivos de observación y todo tipo de maquinaria".



En otros términos, la inmensa nave espacial que constituye la Luna, contendría en su interior todo lo necesario para ejercer de “Arca de Noé”, conducida por seres inteligentes en un viaje a través del espacio que duró cientos de miles de años. Quizás, fuese el hogar de una civilización entera de seres originarios de algún planeta en que la vida ya no fuese posible.


Actualmente, la Luna sería o una ciudad muerta que sirve de féretro a la civilización que se halla en el interior, o una cáscara repleta de instrumentos espaciales, que fueron controlados automáticamente, mucho tiempo después de que el satélite fuese abandonado por sus habitantes, en una época difícil de precisar.

Así, la Luna es una esfera rodeada de una fina costra. Probablemente, esta envoltura externa esta formada por dos capas.


Una externa que cubre el exterior con un aspecto tosco que sirve para absorber y amortiguar los impactos de los meteoritos y cuyo espesor debe alcanzar los treinta y dos kilómetros. Debajo de esta envoltura exterior, hay probablemente gases que constituyen la atmósfera propicia para mantener la vida y que también podrían ser utilizados para otros menesteres como el cultivo de vegetales. Aún mas abajo deben hallarse zonas habitables en el núcleo de la Luna, con reservas de combustible, maquinas, sistemas y equipamientos para las necesidades de una civilización autónoma. Una estructura hueca semejante dentro de la Luna, sería el motivo de una densidad tres veces menor a la de la Tierra.

“A primera vista, nuestra teoría parece alocada”, escribían Vasine y Chtcherbakov, “pero cuanto más examinamos todas las informaciones y datos recabados por el hombre en la Luna, mas convencidos estamos de que no hay ningún hecho que contradiga nuestra tesis. Ningún científico que estudie el origen del universo ha sido capaz de explicar como se llegó a formar el sistema Tierra-Luna”.



Existen varias razones por la cuales se considera que el satélite terrestre es un tanto particular entre los satélites de nuestro sistema solar. Veamos cuáles son los numerosos misterios lunares que encuentran solución racional cuando se les aplica la hipótesis de la nave espacial.
En primer lugar, es el quinto satélite más grande del sistema, algo interesante si tenemos en cuenta que es el único satélite de tamaño comparable en orbitar un planeta rocoso (en efecto, Fobos y Deimos – satélites de marte – son unas 300 veces más pequeños): todos los satélites de tamaño semejante orbitan en torno a Júpiter y Saturno.
Otra particularidad de la luna es su órbita. De acuerdo con los cálculos de algunos científicos, la Luna tiene una órbita más cercana de la que debería, si tenemos en cuenta su velocidad y su masa. Para resolver este problema normalmente se asume que las regiones interiores de la luna son menos densas que la superficie rocosa… y fue inevitable que en algún momento surgiera la pregunta: ¿y si la luna fuera hueca?
Son varias las pruebas que parecieran indicar algo así. Cuando los meteoritos chocan con la luna, se genera una especie de resonancia que se detectó cuando el aterrizaje del Apolo, aquel 20 de noviembre de 1969. Oficialmente se afirma que se trata de un fenómeno natural, pero en 1970 dos científicos rusos, miembros de la Academia Soviética de Ciencias, propusieron una teoría bastante revolucionaria: que la Luna es en realidad una nave espacial gigante que se construyó en otro lugar y luego se puso en la órbita terrestre.
Dentro de las pruebas que validan esta teoría se encuentran: las características de los cráteres, que para los investigadores no son lo suficientemente profundos. Los cráteres pequeños son más profundos conforme aumentan de tamaño, pero la progresión se detiene y los cráteres más grandes no son profundos. Existen cráteres de hasta 150 kilómetros de diámetro pero su profundidad no rebasa nunca los 3 kilómetros. Se explicaría si de manera sencilla si los meteoritos más grandes fuesen parados por el caparazón blindado. En algunos casos, incluso, los cráteres son convexos, esto se debería al hecho de que la cáscara lunar es redonda. 
Así mismo, muchas rocas en la superficie lunar son más antiguas que las rocas más antiguas terrestres, algo que parece no tener sentido si asumimos que ambos cuerpos provienen del mismo origen. Puntualmente, algunas rocas lunares parecen tener 5600 millones de años de antigüedad, cuando se supone que la tierra apenas tiene 4300.
De acuerdo con la teoría, la Luna tendría una superficie rocosa, con rastros de metales pesados y una dureza progresivamente mayor hasta unos 20 kilómetros de profundidad (lo que explicaría que los cráteres más grandes no fueran profundos). Más allá de este punto, habría un interior climatizado que seguramente contendría una atmósfera y donde habitarían las criaturas.
Para terminar, algunos cráteres lunares parecen haber sido generados por actividad volcánica… pero la luna no tiene un núcleo de magma y no se conoce actividad volcánica en su superficie. Así mismo, es el único satélite en presentar una órbita casi perfectamente circular tan precisa que es capaz de ocultar todo el sol en la superficie terrestre. Estas son coincidencias importantes, si la luna en verdad se creó tras el impacto de un cuerpo gigante. 

Los sabios soviéticos también han encontrado el motivo de:
- El desconcertante magnetismo lunar.
- Las vibraciones sin fin que produce el mínimo impacto sobre el terreno.
- Las emanaciones de gases (que podrían ser escapes o purgas de la atmósfera interior).
- El circulo perfecto que describe la órbita lunar.

No quedó ahí la cosa, a pesar de los detractores de esta teoría, hubo otros científicos que la apoyaron.  El Dr. Mueller de la NASA, en una conferencia que tuvo lugar en Sydney (Australia), declaró que  “solo basándose en ellas, es posible explicar las reverberaciones causadas por la colisión del Apolo 12 y luego del tercer piso del cohete Saturno, portador del Apolo 13”.



El Dr. Sean Salomon del MIT, a la vista de los valores del campo gravitatorio (SIC) de la Luna, afirmaba la posibilidad de que fuese un cuerpo hueco. Al igual que el Dr. Carl Sagan, opinaba que ningún satélite natural podría serlo. La revista Sciences News publicaba, en noviembre de 1974, un articulo del Dr. Salomon en el que, además de lo ya expuesto, proponía otra brillante teoría: que nuestra misteriosa Luna fuese una esfera hueca de titanio.



¿Podría ser la luna un satélite extraterrestre?



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