29 octubre 2025

Donde habita lo que soy



Este microrrelato quedó ganador en el II Certamen Cuentos del bosque oscuro 2025 en la categoría de microrrelato de terror. Si quieres escucharlo narrado accede aquí



El silencio es absoluto, casi antinatural. Solo el crujido ocasional de las hojas bajo mis pies rompe esa quietud que sostiene la respiración del bosque. Creo que estoy sola. Aunque los árboles retorcidos y nudosos se inclinan como si quisieran atraparme. La luna cuelga sobre mí, blanca y fría, iluminando lo justo… para no mostrar del todo lo que se esconde en las sombras.
      A lo lejos, una figura. Quieta. Demasiado quieta. Me observa desde el borde de la niebla. Doy un paso. Otro. Parpadeo… ya no está. Mi aliento se vuelve bruma. El aire huele a tierra húmeda… y a algo más que no logro identificar.
      Entonces lo oigo. Un murmullo pegajoso, tan cercano que me eriza la nuca:
      —Debes irte.
      Me giro con el corazón golpeándome las costillas. Nada. Nadie. Pero las ramas rotas ahora están alineadas como si estuvieran imantadas. Señalando un sendero imposible. No parece una invitación. Parece una trampa. No sé por qué. Pero avanzo. El miedo debería frenarme, pero algo tira de mí desde dentro.
      La niebla se espesa. El frío se vuelve cortante. Entonces la veo: una cabaña ennegrecida, casi absorbida por la maleza. Una luz titila a través de la ventana.
      —Te advertí que no debías venir —susurra la voz. Esta vez, desde dentro de mi cabeza.
      Abro la puerta. Cruje como si gritara. Entro. La habitación apesta a encierro y humedad. Y allí, en la cama, piel blanquecina, labios amoratados, ojos cerrados… estoy yo. Como dormida… como muerta.



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