La señora March ha sido objeto de una expectación mediática considerable, destacándose especialmente por su elección de ser escrita en inglés, lo que ha llamado la atención en el panorama literario español. Desde el principio, la obra viene envuelta en un halo de elogios que no dejan de compararla con grandes referentes: Patricia Highsmith, Virginia Woolf y hasta Hitchcock. Una mezcla de influencias tan dispares genera altas expectativas, dejando al lector con la promesa de un thriller psicológico profundo y envolvente. Sin embargo, ¿puede una novela alcanzar el equilibrio entre la introspección de Woolf y la intriga de Highsmith?
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La última novela de George March es un gran éxito, y nadie se enorgullece tanto de ello como su devota esposa, la señora March, que lleva una vida exquisitamente ordenada en el Upper East Side. Una mañana cualquiera, mientras se dispone a comprar el pan de aceitunas en su pastelería favorita, la dependienta insinúa que la protagonista del nuevo libro de George parece inspirada en ella. Este comentario casual le arrebata la certeza de saberlo todo sobre su marido —y sobre ella misma—. Así empieza un viaje alucinado y alucinante que puede desvelar un asesinato y secretos sepultados durante demasiado tiempo.
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ConsistenciaLa trama de "La señora March" sigue una lógica clara, aunque a veces su desarrollo se siente lento y reiterativo. Los personajes, principalmente la protagonista, mantienen coherencia con sus conflictos internos, pero los secundarios son poco profundos y desaprovechados. Los temas centrales de la identidad y el autoconocimiento se mantienen consistentes, aunque no se exploran de manera lo suficientemente completa. La exploración de la psicología de la protagonista, aunque detallada, resulta repetitiva y no logra aportar una perspectiva más amplia o reveladora. AmbientaciónEl mundo interno de la protagonista está bien detallado, creando una atmósfera claustrofóbica y psicológica, pero el entorno externo, como Nueva York, no se desarrolla con la misma profundidad. La atmósfera varía entre comedia negra y drama, pero las transiciones no siempre son fluidas ni bien equilibradas. Las descripciones sensoriales no siempre enriquecen la ambientación, a menudo resultando en una sensación de frialdad que distancian al lector de la historia. PersonajesLa protagonista, la señora March, es el único personaje bien definido, pero su desarrollo es lento y carente de evolución significativa. Los personajes secundarios, como el marido y el hijo, son planos y no contribuyen de manera relevante a la trama. Las emociones de la protagonista son intensas y bien exploradas, aunque a menudo se sienten repetitivas. La falta de diversidad en las personalidades y las relaciones superficiales afectan el desarrollo global, dejando a los secundarios como meros espectadores de la tormentosa introspección de la protagonista. RitmoEl ritmo de "La señora March" es una de las principales debilidades de la novela. A lo largo de sus páginas, se percibe una progresión lenta, casi meticulosa, que podría haber sido mucho más ágil y dinámica. La narrativa, centrada en la introspección obsesiva de la protagonista, crea un bucle constante alrededor de su identidad, lo que genera una sensación de estancamiento. Al insistir una y otra vez en los mismos pensamientos y temas, la trama carece de momentos de auténtico dinamismo o tensión, resultando en una lectura monótona y tediosa. Aunque el inicio promete un misterio o giro revelador, pero el desarrollo de la trama se siente lento, se diluye en medio de las mismas dudas y reflexiones sobre el yo y su entorno. La novela se convierte en un ejercicio de introspección repetitiva y el final resulta apresurado, dejando preguntas sin resolver. IntrigaEl conflicto principal, aunque interesante, no está bien desarrollado ni resuelto. Los giros en la trama son predecibles y carecen de impacto. La falta de preguntas satisfactorias y de puntos de tensión bien distribuidos disminuye el interés del lector, generando una sensación de insatisfacción en lugar de intriga. Las pistas y elementos narrativos que prometen misterio se diluyen en una construcción que carece de sustancia, dejando al lector con una sensación de desapego. DisfruteLa narrativa se torna tediosa y redundante, lo que dificulta el disfrute de la lectura. Aunque el tono psicológico puede ser interesante, el exceso de introspección y la falta de desarrollo en otros aspectos disminuyen el placer de la experiencia narrativa. La sensación de estar atrapado en la mente de la protagonista, sin avances significativos ni revelaciones genuinas, desmotiva al lector a involucrarse emocionalmente con la historia. Escritura
El estilo de escritura es sólido y bien estructurado, pero el exceso de detalles innecesarios y la falta de ritmo afectan su eficacia. La autora emplea una voz narrativa meticulosa, que se extiende a través de cada capítulo con una minuciosidad que podría haber sido más efectiva si se hubiera contenido. Las descripciones, aunque ricas y detalladas, ralentizan la narración y a menudo se sienten innecesarias. Además, el uso recurrente de elementos como alucinaciones, espejos y dobles refuerza la introspección de la protagonista, pero también crea una atmósfera repetitiva y cargada que dificulta el avance de la historia. Los párrafos extensos y la lentitud en el desarrollo afectan el flujo narrativo, haciendo que el lector se sienta desconectado de la trama.
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17 enero 2025
Reseña de La señora March
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