28 mayo 2025

No temas al miedo


No veía a nadie más. Creí que estaba sola en un bosque desierto, iluminado en exclusiva por la luna. A lo lejos, divisé una figura que parecía observarme. Cuando me acerqué, desapareció, dejando tan solo unas ramas rotas. Sentí un escalofrío y escuché un murmullo a mis espaldas: «Debes irte». Me giré rápidamente, pero no vi a nadie. Las ramas rotas ahora formaban un sendero. La curiosidad superó al miedo y lo seguí. A través de la niebla, distinguí una cabaña con una tenue luz. De nuevo un susurro: «Te advertí que no debías venir». Entré en la habitación y me vi a mí misma tumbada en la cama.



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