03 noviembre 2017

Destinados a encontrarse - 5. Camino a Seattle

Este capítulo pertenece a la novela corta "Destinados a encontrarse", que es un fanfic de Crepúsculo, aunque no es necesario haberlo leído para entender la historia. En el se encuentra la historia de Alice y Jasper. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.



Tenía que llegar a Seattle antes de que fuera de día, así que emprendí el camino sin demorarme. La carretera estaba desierta esa noche, miraba a mi alrededor y todo pasaba muy deprisa, pero a pensar de la velocidad podía ver y oír con total claridad como si en realidad fuera a cámara lenta. Pero no debía de ser así porque cuando vi el siguiente cartel indicativo de la distancia que quedaban, era de apenas dos kilómetros.

En poco segundos, vi aparecer las primeras luces de la ciudad. Aún era de noche, pero las luces iluminaban la ciudad hasta hacerla parecer de día. ¿Cómo encontraría ese pub? Seattle es la ciudad más grande del país. Tenía que encontrarle pero ¿cómo lo haría? Estaba sentada en un banco de uno de los parques de Seattle observando los rascacielos, estaba sola no había nadie a kilómetros a la redonda. Estaba hambrienta y el dolor cada vez se hacía más intenso. Pronto amanecería y no sería capaz de controlar mi instinto. Tenía que alimentarme antes de adentrarme en la ciudad. Iba a hacerlo cuando de repente ese olor apareció de nuevo, era él, estaba segura. Había estado allí hacía poco tiempo comencé a seguirlo hasta que me llevó a una calle sombría, desierta, estaba llena de bares y cafeterías por lo que en pocas horas se llenaría de gente.

De nuevo otro dolor distinto cautivo toda mi atención. No era capaz de pensar en otra cosa. El olor me conducía hacia un callejón, me atraía cada vez con más fuerza hacia una escalera de emergencia en la parte de atrás de los bloques. Me dejé llevar hasta allí. En ese momento ya no controlaba nada, ese olor me controlaba a mi. Como un animal salvaje rebusqué entre las bolsas de basura hasta que encontré a una mujer. Estaba muerta desangrada y había sangre por todas partes. Poco a poco comenzaba a secarse y ya no me era útil. Salí de mi estado febril y miré a esa mujer, a esa pobre mujer, allí tirada. Sabía que eso solo lo podía haber hecho alguien como yo un monstruo incapaz de controlarse y me sentí desgarrada por dentro. Cómo podía haberme convertido en eso. ¿qué diablos me había pasado? Tenía que salir de allí no podían verme o me culparían por lo que había ocurrido. Y no podía estar rodeada de gente y mucho menos con esta sed que tenía. Volví a tapar a la mujer con las bolsas de basura, mientras me obligaba a creer que eso no habría sucedido. ¿Habría sido ese chico misterioso de mis visiones?

De nuevo mis ojos se volvieron borrosos y lo vi, lo vi de nuevo estaba seduciendo a una chica, en un bar, estaba de espaldas y no podía verle la cara, ¿sería la chica que tenía muerta delante? ¿Estaría viendo su muerte? Me horroricé sólo de pensarlo. Estaba hablando con ella, la convencía para llevarla fuera. Estaba diluviando fuera, le ofreció su chaqueta para cubrirla de la fría noche mientras la guiaba hasta un callejón parecía el mismo callejón en el que me encontraba. Comenzó a besarla y poco a poco sus labios fueron llegando hasta su cuello, ella se dejaba complacida y hasta giró su cabeza, dejando su cuello al descubierto, ¿cómo podía ser tan tonta? Pero corre, huye. Él sacó los dientes y se los clavo suavemente en el cuello. La chica no estaba nerviosa ni horrorizada, estaba tranquila, lo cual me sorprendió mucho. ¿Como podía estar tan tranquila con semejante monstruo a su lado? No paro hasta que estaba muerta. ¿Por qué diablos no habría parado? ¿Por qué tuvo que matarla?

Salí corriendo de allí, el suelo estaba seco en algunos momentos hasta se resbalaba por la cantidad de polvo que acumulaba. Estaba claro que esas imágenes no eran del pasado. Hacía semanas que no llovía por esa zona. Llegué hasta un bosque y me dejé caer entre los árboles no podía dormir ni podía quitarme esa imagen de mi cabeza. Pero empezó a amanecer y los rayos del sol me iluminaron por primera vez, estaba brillando. ¿Qué era ese brillo? Me puse de pie y observé como mi piel destellaba. ¿Cómo podía ser algo tan maravilloso a la vez algo tan horrible? Me di cuenta que nunca más podría ser como los demás nunca podría vivir entre los humanos y pasar desapercibida. Incluso aunque fuera capaz de controlar mi sed, vivir entre ellos nunca... jamás podría volver hacerlo. Me aterraba estar sola, pasar sola el resto de mi vida. Esa sensación me sumió en una profunda aflicción pero no podía permitírmelo, no en ese momento, el dolor era cada vez más intenso si se cruzaba un humano en ese momento, no podría controlarlo. Y yo no quería ser así aunque fuera eso en lo que me había convertido no podía hacerlo. Eso no está bien.

Me forcé a levantarme y me adentré en el bosque tenía que encontrar algo para comer. Por suerte, ese bosque me proporcionaría todo lo que pudiera necesitar. Primero cacé un pequeño pájaro, pero después de comerlo apenas si había saciado mi sed. Necesitaba algo más grande, por lo que seguí corriendo hasta que un olor de un animal, me atrajo. ¿Qué animal sería ese? Me escondí entre unos arbustos. Y ante mis ojos estaba un pequeño cervatillo. Estaba solo desvalido. ¿Dónde estaría su madre? Intenté buscar el olor de la madre pero no llegué a encontrarla. Al instante siguiente salte sobre él. No quería matarlo, mi intención era parar cuando ya estuviera saciada pero no lo hice, no pude, una vez que comencé, no pude parar hasta que no quedó ni una sola gota. Quedé desolada mirando el pequeño cervatillo en mis brazos muerto, frío, la cabeza le colgaba y yo, yo le había matado, las lágrimas inundan mi rostro durante horas pero ese era mi nuevo yo y tenía que elegir entre morir o vivir. ¿Podría siquiera morir?

Me habían horrorizado las imágenes de este chico comiendo y despedazando a esa pobre chica pero ahora esas imágenes no me horrorizaban tanto. Al fin y al cabo yo no era mucho mejor que él. Éramos iguales y además algo me atraía hacia él, aunque no sé lo que era.


CONTINUARA...

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