Este capítulo pertenece a la novela corta "Solo si es contigo", es un bonita de historia de amor surgida entre bambalinas. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.
Al salir de la clase, no lo veía por ningún sitio. Así que decidí seguir por el pasillo, hasta llegar a las escaleras, cuando llegué allí estaba sentado, con la cabeza metida entre las piernas y tapándose la cara con las manos. Me acerqué hasta él y me coloque justo delante de él.
—Lo siento, Bea, pero no puedo hacerlo – me dijo, sin levantar la cabeza.
—Eh vamos, mírame —le dije pasándole la mano por la espalda. Podía imaginarme cómo se sentía en ese momento.
—He hecho el ridículo, pero es que no puedo con todos pendientes de mí. Me da muchísima vergüenza delante de tus hermanos – pero seguía sin levantar la cabeza.
—Nick, tranquilo, no te preocupes, vamos levanta la cabeza.
Y como no me hacía caso, le ayude poniendo mi mano suavemente en su barbilla. Al final levantó la cabeza y en sus ojos había lágrimas. Separé sus piernas y me arrodillé entre ellas. Le sequé las lágrimas con las manos.
—Vamos Nick, no llores. Dame un abrazo.
Sus brazos alrededor de mi cuerpo temblaban. Yo le apreté con fuerza. De repente, sonó el timbre de clase y oímos a Ángel salir de clase y acercársenos. Nick caer la cabeza sobre mi hombro avergonzado.
—Nick, no te preocupes por los demás, tienes que olvidarte de ellos. Recuerdas las palabras de Ángel ahora no podemos echarnos atrás. Y además estoy segura de que puedes hacerlo.
Miré hacia atrás y vi a Ángel mirándonos.
—Lo siento, pero me he bloqueado con todos mirándonos.
—Nick, no te agobies, a partir de ahora, nos saltaremos los besos, pero prometerme que lo practicaréis a solas.
—Claro, no se preocupe – le dije, solo intentaba ganar tiempo antes de que Nick renunciará a la obra el primer día.
En el fondo era un alivio, al menos de momento, no tendríamos que pasar por eso.
Al salir de la clase, no lo veía por ningún sitio. Así que decidí seguir por el pasillo, hasta llegar a las escaleras, cuando llegué allí estaba sentado, con la cabeza metida entre las piernas y tapándose la cara con las manos. Me acerqué hasta él y me coloque justo delante de él.
—Lo siento, Bea, pero no puedo hacerlo – me dijo, sin levantar la cabeza.
—Eh vamos, mírame —le dije pasándole la mano por la espalda. Podía imaginarme cómo se sentía en ese momento.
—He hecho el ridículo, pero es que no puedo con todos pendientes de mí. Me da muchísima vergüenza delante de tus hermanos – pero seguía sin levantar la cabeza.
—Nick, tranquilo, no te preocupes, vamos levanta la cabeza.
Y como no me hacía caso, le ayude poniendo mi mano suavemente en su barbilla. Al final levantó la cabeza y en sus ojos había lágrimas. Separé sus piernas y me arrodillé entre ellas. Le sequé las lágrimas con las manos.
—Vamos Nick, no llores. Dame un abrazo.
Sus brazos alrededor de mi cuerpo temblaban. Yo le apreté con fuerza. De repente, sonó el timbre de clase y oímos a Ángel salir de clase y acercársenos. Nick caer la cabeza sobre mi hombro avergonzado.
—Nick, no te preocupes por los demás, tienes que olvidarte de ellos. Recuerdas las palabras de Ángel ahora no podemos echarnos atrás. Y además estoy segura de que puedes hacerlo.
Miré hacia atrás y vi a Ángel mirándonos.
—Lo siento, pero me he bloqueado con todos mirándonos.
—Nick, no te agobies, a partir de ahora, nos saltaremos los besos, pero prometerme que lo practicaréis a solas.
—Claro, no se preocupe – le dije, solo intentaba ganar tiempo antes de que Nick renunciará a la obra el primer día.
En el fondo era un alivio, al menos de momento, no tendríamos que pasar por eso.
CONTINUARA...
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