10 enero 2018

Solo si es contigo - 15. Te veo feliz

Este capítulo pertenece a la novela corta "Solo si es contigo", es un bonita de historia de amor surgida entre bambalinas. Si no has leído los capítulos anteriores, si quieres seguir leyendo más o si prefieres leerla en wattpad sigue los enlaces.



Me quedé en la puerta durante un rato hasta que vi a Nick desaparecer, los últimos rayos de sol se reflejaban en su pelo rubio. Después volví a entrar, César se había tranquilizado, pero no me dirigió la palabra en el resto de la noche. Todos los demás excepto Luis, me preguntaron uno a uno, que qué pensábamos hacer en la obra y a todos les conteste lo mismo que ya veríamos. César me miraba cabreado cada vez que me oía.

Esa noche nos acostamos todos pronto, Luis fue el último en irse a la habitación que compartía con César. Vi a Luis pasar por la puerta, él miró también y se paró en la puerta. Yo seguía sola Silvia todavía no había llegado del baño.
—¿Cómo estás? —me dijo desde allí
—Bien, ven aquí —Luis se acercó y se sentó en la cama
—¿Estás nerviosa?
—Menos que esta tarde... Eres el único que no me ha preguntado.
—No lo necesito, lo veo en tu cara. Te veo feliz. ¿Qué tal se ha portado?
—Nick es estupendo.
—¿Y besa bien? —me dijo entre risas
—No está mal. Cuando César nos ha dejado solos todo ha sido más fácil.
—Es normal. Cuando ha bajado cabreado le he dicho que era mejor que estuvierais solos. No puede marcaros una coreografía sin que hayáis rota el hielo.
—¡Qué mal rato!
—Ya ha pasado lo peor. ¿No habéis hablado?
—No, pero creo que tienes razón.
—Si se le nota mucho. Tienes que hablar con él, cuando acabe la obra.

César pasó por la puerta bromeando con Silvia, cuando nos vio le dio las buenas noches y un beso. Y se fue serio a su habitación.
—No crees, que te has pasado un poquito con César. Esta preocupado, de verdad.
—No he podido evitarlo, lo he visto tan serio que prácticamente se me ha escapado.
—Ya te digo. Yo hubiera hecho lo mismo, pero no se lo digas. Buenas noches, hermanita. Y sueña con los angelitos o debería decir con Nicolasitos.
—Tira, y quítate de mi vista —le dije, con un fingido mosqueo.

Silvia se sentó en el borde de su cama y se me quedó mirando. Así que le devolví la mirada.
—¿De verdad que no has habéis besado? —permanecí en silencio durante un rato. — Bea no es tan difícil. No entiendo porque os cuenta tanto besaros cuando estáis deseando hacerlo.

Mañana tendría que tomar la iniciativa y hablar con él, sé que él nunca será capaz de hacerlo.


CONTINUARA...

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