Ya lo comprenderás,
decía a mi amiga,
pero ella no podía imaginar
que pudieras ser así,
pero con solo tu mirada azul,
llegaste a cautivarla
con sólo tu presencia
lograste hacernos olvidar
al resto de la gente
que había a nuestro alrededor
Aunque sólo después de superar
la primera impresión
y separar nuestros
ojos de los tuyos
pudimos ver el resto de tu cara
dulce y redonda como la luna
y tu pelo rubio como el sol
descubriendo que
ni el mismísimo cielo
podía tener a la vez
dos maravillas como esas.
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